De las múltiples lecturas que estoy realizando acerca del tiempo y del espacio, la última del cuaderno del seminario sobre
EL TIEMPO COMO EL ORDEN SUBYACENTE E IMPLICADO EN EL ESPACIO Y EL LENGUAJE. UNA REFLEXIÓN DESDE ZUBIRI
Impartido por Oscar Orellana, Doctor en Matemáticas de la Universidad Técnica Federico Santa María Chile,
ha resultado lo más próximo a mis intereses. Las preguntas y respuestas que se plantean estaban confusamente relacionadas en mi mente (no parto de un estudio previo del espacio y del tiempo, sino de una intuición a cerca de su ambigüedad en distintos ámbitos) y creo que a partir de esta exposición….sigo sin saber qué es el tiempo pero distingo mejor aquello que no lo es.
Destaco algunas notas, que en sucesivas entradas al blog iré completando.
Los objetos, hechos, sistemas, estructuras, teorías, fenómenos y procesos, sin importar lo complejos sean, son realidades de suyo espaciosas y temporales, diría Xavier Zubiri, y dependiendo de su naturaleza dan origen a diferentes estructuras espaciales, a saber:
los espacios matemáticos ,
los espacio físicos,
el espacio biológico,
el espacio mental,
el espacio social,
el espacio histórico,
el espacio público, etc.,
aún siendo todos ellos “espacios de algo” son diferentes formas de comprender, describir, representar; en definitiva de ordenar y hacer inteligible el mundo
Dice Orellana: “el espacio y el tiempo son propiedades, notas ulteriores de la realidad, y en consecuencia, no tienen realidad sustantiva o trascendente, sino más bien una realidad derivada. El tiempo y el espacio cabalgan a lomo de la realidad, a lomo de las cosas y objetos reales, y no al revés. Pero, algunas propiedades espaciales de algunas cosas, objetos, sistemas, procesos y fenómenos parecen más permanentes que otras, incluso algunas de ellas experimentan cambio relativamente periódico permanentes, y aun que el tiempo al igual que el espacio son notas ulterior de la realidad (como diría Zubiri), el tiempo es más esquivo, más hostil, más parco, más austero, más pobre, que las propiedades espaciales de la realidad. Por lo mismo, el tiempo es más inefable, es más insondable, es más inescrutable, es más irrevocable, que el espacio, pero como orden, es más básico, es más confiable, es más directo e inequívoco.”
El tratamiento del problema del tiempo como paralelo al del espacio ha sido dañino. Uno estaba consciente sólo de aquellos problemas que el tiempo no tiene, en lugar de sus características especiales. Estas características se manifiestan en el hecho de que el orden del tiempo es posible en un campo que no tiene orden espacial, a saber, el mundo de las experiencias psíquicas de un ser humano individual. Esta es la razón por la que a la experiencia del tiempo se le asigna una primera posición entre las experiencias conscientes, y es sentida como más inmediata que la experiencia del espacio.
¿Qué es el tiempo?, ¿quién podría explicar esto fácil y brevemente?, ¿quién podrá comprenderlo con el pensamiento, para hablar luego de él? Y, sin embargo, ¿qué cosa más familiar y conocida mentamos en nuestras conversaciones que el tiempo? Y lo entendemos cuando hablamos de él, y lo entendemos también cuando lo oímos de otro que nos está hablando.
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